por Fariday Cingolani*
Mi vínculo con la cuestión Malvinas se edifica a partir de un archipiélago de recuerdos muy significativos y presentes desde siempre en mi vida. Ser hija de un ex soldado constituye el eje que vertebra esos significantes. Ser familiar de un ex soldado conscripto que fue protagonista de la única guerra que participó nuestro país en el siglo XX, no significa per se conocer algunas o todas las dimensiones sobre la cuestión Malvinas. ¿Por qué? Porque Malvinas se encuentra atravesada por silencios, silencios incómodos, silencios dolorosos. Silencios que en oportunidades se rompen por la prepotencia de los propios ex soldados combatientes que narraron y narran sus vivencias a sus familias y/o comunidades sobre ese hito que marcó sus vidas; por los familiares de caídos y de los ex combatientes (donde me incluyo) porque conocemos de cerca esas vivencias y (algunos/as) nos sentimos con la responsabilidad ético-política de trasmitir esas memorias; también por investigadores/as que son referentes y a quienes estamos en ese camino, nos dieron algunas herramientas para desentrañar estas experiencias liminales.
Desde mi infancia siempre tuve el impulso de contar mi relación particular con Malvinas, impulso que hoy puedo comprender que se vincula con la necesidad de propiciar un tema que se encontraba muy ausente. Con los años, por mi tránsito por la universidad, y especialmente la participación en grupos de investigación sobre la cuestión Malvinas puede comprender y dotar de conceptos y significantes eso que antes solo podía describir como ausencias. Las ausencias tienen muchas explicaciones: quizás el marco temporal en que se desarrolló la guerra, la última dictadura cívico, eclesiástica y militar, la necesidad de olvidar las violaciones a los derechos humanos que este régimen perpetró y el desprestigio de las fuerzas armadas en general, obstaculizaron las miradas complejas sobre las particularidades de la guerra y consigo las experiencias de los/as protagonistas. A 40 años de la guerra del Atlántico Sur, podemos mirar y analizar Malvinas desde otros ángulos, contribuyen y siguen contribuyeron investigadores/as que nos brindan marcos interpretativos para analizar Malvinas sin descuidar la coyuntura que enmarca el 2 de abril de 1982, la historia larga como causa nacional y la propia especificidad del hecho histórico.
Estudiar Malvinas y a su vez mi cercanía biográfica con el tema me permite decir que hay tantas historias de Malvinas como ex soldados combatientes. Muchas de esas historias tienen puentes en común, otras están en las antípodas, cargadas de profundas contradicciones entre sí, donde se puede visualizar una distinta construcción de sentidos sobre ese mismo pasado que los tuvo como protagonistas, sentidos construidos siempre desde el presente.
Analizar las memorias sobre Malvinas implica conocer el rol que tuvieron los centros y asociaciones de ex soldados, usinas de acompañamiento y espacios desde los cuales pelearon por derechos y reivindicaciones por su lucha por la soberanía nacional, lugares imprescindibles desde los cuales pudieron resignificar sus experiencias y hacer transmisibles esas vivencias. Pensar Malvinas significa también reconocer que no todos los/as participantes del conflicto bélico están organizados, y así mismo, otros/as todavía aún después de 40 años no pudieron hablar. Pensar las memorias sobre Malvinas significa reconocer y reivindicar el lugar de las mujeres que participaron en la Guerra, memorias que durante muchos años fueron invisibles y pocos reconocidas por el Estado y la sociedad en general.
Hoy a 40 años de esa guerra debemos darnos la capacidad de escuchar y conocer las narrativas y la agencia de los ex soldados combatientes, los/as veteranos/as y la memoria de los caídos en la guerra y posguerra que lucharon por la soberanía de nuestro territorio, en un acontecimiento que marcó su vida, pero a su vez, la historia reciente de nuestro país.
A 40 años no podemos dejar de decir que las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, son territorios ocupados por el colonialismo británico en forma ilegal e ilegítima desde hace más de 189 años. De este modo, por argumentos históricos, jurídicos y geográficos, la recuperación de los territorios y el pleno ejercicio de la soberanía nacional deben ser objetivos imprescindibles para el Estado Nacional.
En este nuevo aniversario, Malvinas es pasado, presente y futuro. Por los que no volvieron, por aquellos que volvieron y se fueron, por los/as que siguen luchando por las memorias de Malvinas. Orgullo y respeto.
* Fariday Cingolani: Socióloga (FAHCE-UNLP). Docente. Integrante de EdICMa (Equipo de Investigación de la Cuestión Malvinas) y RedICMa (Red de Investigadores de la Cuestión Malvinas).
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