Relación entre los dispositivos de poder y sexualidad desde la obra de Michel Foucault entre los años 1973 y 1978.
En este trabajo, Paolo Bifulco da cuenta de la relación entre los dispositivos de poder y sexualidad, desde la obra de Michel Foucault, acotándolos a la etapa de sus desarrollos teóricos que van desde el año 1973 a 1978.
En la primera parte de este trabajo, se centraliza en dos bloques teóricos que podemos titular: 1) Cuerpos dóciles, disciplina y panoptismo; y 2) Confesión, carne, convulsión y enfermedad.
En esta segunda parte se establecen los puntos relacionales entre las diferentes conceptualizaciones de la época que quedaron por fuera en la primera entrega, y se indican específicamente los puntos compartidos entre dichas conceptualizaciones, dando cuenta del hilo conductor que relaciona los conceptos de poder y sexualidad, al modo que los lee y establece el autor, centralizándose en dos bloques teóricos: 3) Masturbación, infancia patológica y familia celular; y 4) Represión y dispositivos, Sexo-Sexualidad.
por Paolo Bifulco *
Segunda Parte
3) Masturbación, infancia patológica y familia celular.
Entre el discurso cristiano de la carne y la psicopatología sexual encontramos el discurso de la masturbación, recordemos, como consecuencia de nuestro punto tres en referencia a los grandes anticompulsivos. Discurso en el cual deseo y placer quedan por fuera, y al cual se monta toda una literatura que apunta a la masturbación en su especificidad.
Lo primero que salta a la vista, y que destaca Foucault en su análisis exhaustivo, es la culpabilización de los niños. Pero esta culpabilización no se trata tanto a la manera de una moralización, como podría entenderse, sino más bien a la forma de una somatización, de una patologización. Foucault nos señala que esta patologización se produce en tres formas diferentes: 1) La ficción de la enfermedad total, “todos los signos de la enfermedad se superponen en el cuerpo descarnado y desbastado del joven masturbador” (Foucault, 2014: 222). Nos encontramos ante “la plena fabulación científica, fabricada y transmitida en la periferia misma del discurso medico” (Foucault, 2014: 223). 2) Causa posible de todas las enfermedades posibles, figura constante en el cuadro etiológico de las diferentes enfermedades. Cualquier enfermedad posible podía ser consecuencia de la masturbación. 3) Delirios hipocondriacos de los efectos de la masturbación, “mediante el cual procuraban conseguir que los enfermos mismos asociaran todos los síntomas que experimentaban a esa falta primera y fundamental que sería la masturbación” (Foucault, 2014: 224). De esta manera podemos afirmar que se sitúa una responsabilidad patológica a la infancia.[i]
Por consiguiente, y a partir de lo antedicho, hacia fines del siglo XVIII se instalan una serie de observaciones sobre la masturbación en los niños prepuberes, e incluso también, en los más pequeños que rectifica toda la campaña desplegada contra la masturbación, y que se orienta, de pronto, contra la seducción de los niños por los adultos, o quizás aún, por el entorno inmediato, por todos los personajes que configuran las figuras oficiales de la casa.[ii] Aparecerá entonces la dimensión de la perversidad que se va a interponer entre la virtud de los adultos y la inocencia natural de los niños, que desembocará en una obsesión doméstica. Culpabilización por consiguiente de ese espacio medio y malsano de la casa, y también al cuestionamiento de los padres y su relación con los hijos en el espacio familiar. Por lo tanto podemos sostener a partir de estas situaciones, que la sexualidad perseguida y prohibida del niño es uno de los elementos constituyentes de la formación de la familia restringida. Pasamos de la familia-red a la familia-célula. Esta nueva forma de familia, la familia celular es al mismo tiempo una familia medicalizada.[iii] Se conforma entonces un juego de relaciones entre niño-masturbación-padres-familia, donde aparecería (una vez más, como con la carne convulsiva) el saber médico.
Sintetizando estos últimos conceptos nos referiremos a una cita clara y precisa de Foucault, que nos servirá como guía y ordenador de los conceptos que fuimos desarrollando:
“De modo que vamos a ver una sexualidad, una masturbación del niño que es objeto de vigilancia, de reconocimiento, de control parental continuo. Ahora bien, al mismo tiempo, esa sexualidad se va a convertir en objeto de confesión, y de discurso, pero por fuera, por el lado del médico. Medicalización interna de la familia y de la relación padres-hijos, pero discursividad externa en la relación con el médico; silencio de la sexualidad en las fronteras mismas de la familia (…) La sexualidad es ese tipo de cosas que no pueden decirse más que al médico (…) Sera la medicina la que pueda decir y hacer habar a la sexualidad, en el momento mismo en que la familia la pone de manifiesto, puesto que es ella quien la vigila.” (Foucault, 2014: 237)
4) Represión y dispositivos, Sexo-Sexualidad
El escenario que nos deja al finalizar el apartado anterior, es el de una familia celular donde prevalece cierto silencio sobre la sexualidad, y donde la sexualidad es ese tipo de cosas que no se pueden enunciar, salvo al médico. La sexualidad se convierte en objeto de confesión. En palabras de Foucault: “la sexualidad es cuidadosamente encerrada (…) La familia conyugal la confisca y la absorbe por entero en la seriedad de la función reproductora (…) La pareja legítima y procreadora, impone su ley” (Foucault, 2008; 9). Por consiguiente nos preguntamos: ¿Hay una represión de la sexualidad? ¿Existe una censura respecto de lo sexual? Foucault al respecto es contundente y pronuncia que: “Más bien se ha construido un artefacto para producir discursos sobre el sexo, siempre discursos más susceptibles de funcionar y de surtir efecto en su economía misma.” (Foucault, 2008; 25).
Observamos entonces que hacia el siglo XVIII nace una incitación política, económica y técnica a hablar sobre sexo, en forma de análisis, contabilidad, clasificación y especificación, tomando formas de investigación cuantitativa o causal.[iv] Ahora el sexo no solo es algo que se juzga, sino que además se administra. En consecuencia el discurso sobre la sexualidad se despliega, y la función del poder que aquí se ejerce no es la de prohibir, sino que consta de operaciones que distan bastante de una simple prohibición, a saber: Un dispositivo de contención, montando alrededor del niño líneas de penetración indefinida; Incorporación de las perversiones y una nueva especificación de los individuos (heterosexual, homosexual, bisexual, etc.); Espirales perpetuos del poder y del placer alrededor de los sexos y los cuerpos; Dispositivos de saturación sexual.
Para Foucault, sin duda, es preciso abandonar la hipótesis de la represión, y pensar que el dispositivo que se monta sobre la sexualidad lo que ha conseguido es multiplicar su discurso, y a la vez establecer dispositivos específicos de saber y de poder, los cuales podemos agrupar en cuatro conjuntos. A saber: 1) Histerización del cuerpo de la mujer; 2) Pedagogización del sexo del niño; 3) Socialización de las conductas procreadoras y 4) Psiquiatrización del placer perverso.
Podemos avanzar, junto a Foucault, en el desarrollo del dispositivo de la sexualidad, relacionar sus conceptos (aquí trabajados) de poder, disciplina y cuerpos dóciles para anudarlos en el concepto del cuerpo humano como una anatomopolítica, donde el cuerpo se concibe como máquina, se puede adiestrar, aumentar sus aptitudes, extorsionar sus fuerzas e integrarlo a sistemas de control eficaces y económicos,[v] ya sea de la medicina, de la iglesia, de la sociedad, o del Estado (Estado como forma de poder individualizante y totalizante al mismo tiempo)[vi].
Por lo tanto, lo que se observa es que los dispositivos se articulan directamente en el cuerpo; y el poder se ejerce a través de la sexualidad. Ahora bien, si el poder se ejerce a través de la sexualidad ¿No se dirige, específicamente, a ese elemento de lo real que es el “sexo”, el sexo en general? Como respuesta a este interrogante, el filósofo francés aclara: “Puede admitirse, que la sexualidad no sea, respecto del poder un dominio exterior en que éste se impondría, sino, por el contrario, efecto e instrumento de sus arreglos o maniobras” (Foucault, 2008; 144).
Siempre que se quiera establecer un análisis del dispositivo de la sexualidad, hay que pensarlo, además, a partir de las técnicas de poder que le son contemporáneas, para entender su engranaje bajo las formas particulares de una época.
Por lo tanto, hilando conceptos entre poder, sexualidad y sexo cerramos este apartado con una cita que engloba las ideas centrales que pretendimos desarrollar:
“No hay que imaginar una instancia autónoma del sexo que produjese secundariamente los múltiples efectos de la sexualidad a lo largo de su superficie de contacto con el poder. El sexo, por el contrario, es el elemento más especulativo, mas ideal y también más interior en un dispositivo de sexualidad que el poder organiza en su apoderamiento de los cuerpos, su materialidad, sus fuerzas, sus energías, sus sensaciones y su placeres (…)En efecto, es el sexo, punto imaginario de la sexualidad, por lo que cada cual debe pasar para acceder a su propia inteligibilidad, (…) a la totalidad de su cuerpo, (…) a su identidad (Foucault, 2008; 147)
A modo de cierre
A lo mejor se revelaron algunas inquietudes y cuestiones que se plantearon al inicio de este trabajo. A lo mejor esas cuestiones que se problematizaron e intentaron responder acercó otras nuevas. La pregunta sobre el desarrollo de esta dupla Poder-Sexualidad, de un tiempo a esta parte contiene un análisis posible, que es el que intentamos desarrollar. Esa misma pregunta, sobre esta dupla, pero hacia un futuro, quedará como incógnita a resolver, o a intentarse pensar, a partir de las diferentes formas (o no) que vaya adquiriendo.
Creo que atravesamos una etapa actual donde es posible pensar a la luz de estas ideas las relaciones entre Sexualidad-Poder-Saber-Identidad. Muchos y muchas autores se encargan de ello. Por nombrar dos de referencia, y siendo injusto con muchxs, Paul B. Preciado y Judith Butler, como herederas también del pensamiento Foucaultiano, retoman estas cuestiones con un análisis riguroso, preciso y exhaustivo en la actualidad.
Si bien las cuestiones planteadas en un comienzo, que fueron el eje de nuestros desarrollos, se fueron presentando de manera ordenada para entender cómo se relacionaban estos conceptos, es solo un acercamiento a la problemática que propone el autor, y que continúa y expande a lo largo de su obra.
La intención de este recorrido, así como la propuesta del acercamiento a las obras seleccionadas, apuesta también a una lectura/mirada crítica sobre ciertos aspectos de los temas trabajados. Si bien por sexualidad y poder (y su relación) podemos conformarnos una idea a priori; una indagación profunda sobre lo que fueron hechos y manifestaciones puntuales que se trabajaron aquí, apuntaron a hacer más basto esa idea.
Entendemos que ésta, también, fue la idea de Foucault a la hora de establecer sus textos. Él nos confiesa que su objetivo ha sido “elaborar una historia de los diferentes modos por los cuales los seres humanos son constituidos como sujetos” (Foucault, 2014; 2), sujetos de y en diferentes relaciones de poder, y que estas relaciones están enraizadas en el sistema de las redes sociales[vii].
* Paolo Bifulco: Lic. en Psicología UBA / Concurrente C.A.B.A Hospital infanto-juvenil Tobar García, rotante externo Centro de Salud Mental Nro. 3 “Dr. Arturo Ameghino” / Ayudante T.P. Salud Pública y Salud Mental, Cat. II Prof. Adj. Reg. D. Tajer, Facultad de Psicología UBA; paolojbifulco@gmail.com
Notas
[i] Foucault, Michel (2014) “Clase del 5 de Marzo de 1975”. En: Los anormales. Curso en el Collège de France (1974-1975). Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
[ii] Podemos ubicar como figuras oficiales de la casa en dicha época al criado, la gobernanta, el preceptor, el tío, la tía, los primos, etc.
[iii] Foucault, Michel (2014) “Clase del 5 de Marzo de 1975”. En: Los anormales. Curso en el Collège de France (1974-1975). Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
[iv] Foucault, Michel (2008). “La hipótesis represiva”. En: La Historia de la Sexualidad. Tomo 1. La voluntad de saber (pp. 19-51). Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores
[v] Foucault, Michel (2008). “Derecho de muerte y poder sobre la vida”. En: La Historia de la Sexualidad. Tomo 1. La voluntad de saber (pp. 127-152). Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores
[vi] Foucault, Michel (2014) “El Sujeto y el Poder”. Extraído el 16 de Octubre de 2014, de http://www.elseminario.com.ar
[vii] Foucault, Michel (2014) “El Sujeto y el Poder”. Extraído el 16 de Octubre de 2014, de http://www.elseminario.com.ar
Bibliografía
- Foucault, Michel (2009). Vigilar y Castigar (pp. 227-261). Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
- Foucault, Michel (2008). La Historia de la Sexualidad. Tomo 1. La voluntad de saber (pp. 127-152). Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
- Foucault, Michel (2014). Los anormales. Curso en el Collège de France (1974-1975). Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
- Foucault, Michel (2014). El poder psiquiátrico. Curso en el Collège de France (1973-1974). Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
- Foucault, Michel (2008). La Historia de la Sexualidad. Tomo 2. El uso de los placeres. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
- Foucault, Michel (2014) “El Sujeto y el Poder”. Extraído el 16 de Octubre de 2014, de http://www.elseminario.com.ar
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