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Una psicóloga en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona


El cruce entre salud mental y arte suele asociarse a la arte-terapia o a la inclusión de talleres artísticos en las prácticas de cuidado, pero ¿qué pueden aportar las metodologías y herramientas artísticas a la investigación de las problemáticas del campo de la salud mental? El armado de una muestra sobre material de archivo en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), permitió utilizar el collage, la edición de audios y la intervención en el espacio expositivo, para indagar algunos conflictos que generan malestar psíquico al colectivo LGBTTTQI+. Esta nota surge de "Una experiencia de investigación en salud mental a través del arte: los archivos de la disidencia sexual en Barcelona", ponencia presentada en el XIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires [1].

por Julieta Obiols*




Foto de Francisco Navarrete Sitja




La exposición Archivo desencajado[2] se exhibió, entre febrero y junio de 2018, en el Centro de Estudios y Documentación del MACBA. La armamos un grupo de estudiantes[3] del Programa de Estudios Independientes[4] –la mayoría latinoamericanxs y con formaciones previas diversas –, coordinadxs por la artista audiovisual Lucía Egaña Rojas. La muestra reunió material de la lucha del colectivo de la disidencia sexual en Barcelona[5] –fotografías, videos, fanzines, folletos, revistas, etc.– conservados en los archivos de algunas organizaciones locales[6], y los expuso en mesas sin vitrinas para que el público pudiera tocarlos, revisarlos y hasta cambiarlos de lugar, proponiendo nuevos cruces temáticos. Tratándose de una lucha todavía en proceso, este material no podía quedar encerrado en el espacio expositivo, por eso organizamos un programa de actividades para activarlo y promover el intercambio con el público. Como psicóloga e investigadora en salud mental comunitaria, me interesó el potencial de esta experiencia para pensar y, siguiendo a Alicia Stolkiner "desanudar situaciones problema" que producen padecimiento subjetivo. En esta nota quiero comentar tres de estas actividades que nos permitieron abordar situaciones que causan malestar, especialmente al colectivo LGBTTTQI+.


La ciudad de Barcelona recibe cotidianamente a personas que son forzadas a abandonar sus países por su identidad u orientación sexual y llegan a España como migrantes, refugiadas o asiladas. El sexilio como lo denominó a finales de los años '90 el sociólogo puertorriqueño Manolo Guzmán, fue uno de los temas de la exposición. Sin embargo, en los archivos encontramos poco material sobre estos desplazamientos, por lo que decidimos convocar una Biblioteca Viviente –actividad realizada por la Asociación ACATHI– en la cual algunas de estas personas cuentan su propia historia con el fin de desarmar prejuicios y lugares comunes en quienes las escuchan. Insertados en la muestra estos relatos pudieron superar el limitado espacio clínico para alcanzar una audiencia más amplia, problematizando la dimensión social de la producción del malestar y haciendo que cada participante de la actividad se cuestionara sobre su implicación subjetiva.



Foto de Francisco Navarrete Sitja



Otra temática importante que abordó la muestra fue la despatologización de las identidades y sexualidades disidentes, reflejando la tensión entre los discursos hegemónicos –médicos, jurídicos, mediáticos– y los disidentes, a través de una bibliografía y de un recurso visual. Colocamos una biblioteca con los libros de lxs activistas y, en la pared de fondo, un collage de fragmentos de manuales de diagnóstico, leyes y notas periodísticas estigmatizantes. De esta manera, quisimos reproducir y hacer vivenciar en el espacio expositivo la asimetría de poder que sostiene el imaginario instituido y produce padecimiento subjetivo a quienes no se conforman con seguir las normas que impone el modelo cis-heteronormativo.



Foto de Francisco Navarrete Sitja




Detrás de la muestra había un conjunto de historias personales y colectivas, que conforman lo que la investigadora canadiense Ann Cvetkovich llama un archivo de sentimientos, mucho más sutil y difícil de exponer. Por eso entrevistamos a las personas cuidadoras de los archivos y editamos los audios de las entrevistas para que pudieran escucharse en la exposición. De esta manera, el público accedía a los relatos a través de la propia voz de sus protagonistas, sumergiéndose también en sus espacios de trabajo a través de los sonidos del ambiente. Además, en la presentación pública de las entrevistas, algunxs representantes de las organizaciones pudieron debatir acerca de la necesidad de mejorar la accesibilidad a sus archivos y de des-heterosexualizar sus categorías[7].




Foto de Julieta Obiols




El cruce entre salud mental y arte suele limitarse a intervenciones singulares, dentro y fuera de las instituciones sanitarias. A su vez, las metodologías de investigación académica abordan en menor medida algunos aspectos importantes de la salud mental como los sentimientos o la experiencia colectiva del sufrimiento psíquico. Por el contrario, las actividades descriptas muestran el potencial del arte para abordar conflictos que afectan a las personas LGBTTTIQ+. La inclusión de la Biblioteca Viviente en la muestra sacó las historias singulares del consultorio, convocando a la implicación subjetiva del público. Un recurso visual como el collage, hizo vivenciar una tensión que no puede describirse completamente en palabras; además, el uso del espacio expositivo llevó el debate teórico al nivel de la interacción de los cuerpos. La edición de los audios de las entrevistas permitió incluir los sentimientos a través de las voces, que suelen relegarse detrás de otro tipo de información. En mi opinión, esta experiencia muestra que las herramientas y metodologías artísticas permiten abordar otras dimensiones, a las que la investigación académica difícilmente accede y que son fundamentales para desanudar diversas situaciones que producen malestar psíquico a las personas.



*Julieta Obiols,

Lic. en psicología (UBA), Dra. en Salud Mental Comunitaria (UNLa)



[1] Disponible en http://jimemorias.psi.uba.ar/. [2] La muestra se tituló en catalán Arxiu desencaixat, cf. https://www.macba.cat/es/expo-archivo-desencajado [3] Participaron, también, Vatiu Nicolás Koralsky, Benzo, Diego Posada, Héctor Acuña, Juan David Galindo, Lina Sánchez, Lior Zisman Zalis, Javiera Pizarro Conte, Itxaso Corral, Isamit Morales y Alexander Arilla, con la colaboración de Camila González. [4] Para más información acerca del PEI, cf. https://www.macba.cat/es/pei-2017-18 [5] El punto de partida cronológico de la exposición fue la primera manifestación, realizada en Barcelona en 1977, contra la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social que incluía a la homosexualidad. [6] Ca la Dona, Casal Lambda, archivo personal de Alex Brahim, La Fanzionoteca, Asociación ACATHI, ¿Archivo Queer?, entre otras. [7] Desarrollamos este tema en el artículo "Arxiu desencaixat. Una experiencia situada para desheterosexualizar el archivo", Re-visiones , disponible en http://www.re-visiones.net/index.php/RE-VISIONES/article/view/293/561.

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