Los modos en que intervenimos y armamos dispositivos construyen (al menos en buena medida) al paciente o pacientes en cuestión.
por Pablo Tajman y Juan Pablo Puleiro
La técnica es una categoría de pensamiento clínico rigidizada y llevada a funcionar como mandato por el kleinismo hegemónico y luego atacada por el lacanismo. Ataque necesario en un principio, pero que finalmente devino clausura de aquello que hace que lo singular de una situación clínica y lo teórico no queden disociados.
Esta disociación "responsabiliza" asignando algo que es propio de la situación como siendo de quien consulta, mientras que en realidad es producido por la combinación de los modos de intervenir y el dispositivo que proponemos, sin darnos cuenta que hay otras alternativas que generarían otra situación clínica.
En la serie de cuatro videos que encontrarán más abajo, Pablo Tajman se propone mostrar esto con más detalle.
En relación con la propuesta del grupo de lectura sobre técnica, se apunta a la reflexión sobre el quehacer clínico cotidiano, buscando la construcción y consolidación de herramientas para intervenir en la práctica situada.
Entendemos la clínica en un sentido amplio que puede suponer diversos dispositivos.
Algunos de los tópicos que nos proponemos recorrer parten de la pregunta por qué es lo que cura y suponen la indagación de un basto campo de intervenciones posibles que se inician en la recepción de quien o quienes consultan, pasando por la construcción de una razón de análisis a partir del motivo de consulta llegando hasta la interrogación acerca de la racionalidad de lo que hacemos:
- ¿Cómo se establece y se sostiene la asociación libre?
- ¿Qué significa sostener nuestra atención parejamente flotante?
- ¿Por qué y para qué pedimos asociaciones?
- ¿Qué significa interpretar?
- ¿Cómo incluir lo lúdico en nuestra práctica?
- ¿Qué hacer con lo propio del analista -entendido no sólo como obstáculo- en la situación clínica?
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